5/28/2009

Una tibia lluvia


La tibia lluvia cubre nuestros pasos
en el suave caminar hacia la cima del anhelo.
Una suave brisa humedece nuestros rostros
y la ciudad se cubre por completo.

El agua y las hojas tapizan este invierno
en calles añosas, promiscuas y perpetuas.
Estamos inmersos en una gran fuente,
donde cada acción lanzada reclama su deseo.

Ven y enmudece cada invierno.
Toma mi sombra y llévala muy lejos,
que ser eternos no sólo sea un intento.
¡Gira, aúlla y canta!, háblame al oído,
que todo en nuestro mundo tiene un sentido.

¡Ven!, ¡lánzate sobre mí!
¡Toma a la lluvia de la mano!
¡Corramos!, ¡riamos!, ¡soñemos!
Que tu canto continue,
que nuestra dicha sea eterna.