5/18/2011

Una Felicidad envidiable

Tal vez no era la hora ni el momento, pero ¿quien puede resistirse a la oportunidad de renacer e intentar ser feliz?, de seguro hay unos cuantos que si pueden, y santificados sean ellos y sus vidas perfectas en tonos pasteles, pero existen muchos que fingen disfrutar de la vida, esta claro, hay muchos...

¿alegraran nuestras vidas contagiándolas de su fingida felicidad?, ¿serán mártires con un sufrimiento en las entrañas y una risa pintada en sus rostros?, ¿ocultaran sus penas para hacernos reír?, ¿o tendrán un motivo mas oscuro?, el ego, la envidia, el narcisismo, las patrañas, todo, todo es un potencial motivo...

así como observar e imitar es un símbolo de idolatría, observar e imitar puede ser el hijo maldito de una envidia solapada, puede ser, cualquier artimaña es valida a la hora de buscarse a si mismo, o asemejarse al que se idolatra...de asemejarse a aquel que quieres ser y cubrirte de esa felicidad moldeable y hecha a medida con pedazos de trapos recogidos del suelo.

¿Existirá gente que halla renacido al alero de la felicidad?, no me refiero a la felicidad que dan 2 botellas de vodka un viernes por la noche, o a la felicidad que da el toparse con alguien y ver que es mas infeliz que tu, por que la verdad es que el bálsamo del infeliz es ver a alguien que vive en una mierda mas espesa que tu, su miseria es reconfortante, por lo menos alcanza para no sentirce el mas miserable.

¿que seria de este mundo sin los infelices de cada mañana?, del infeliz ejecutivo en el metro, que es infeliz por que su compañero tiene un Jeep del año, y su esposa sigue siendo sexy y ardiente, acaparando las miradas calentonas en las comidas de la empresa.

O el infeliz estudiante con rostro de tragedia griega por que la mujer que le gusta esta con un tipo que según el no vale la pena, y si el tipo valiera la pena de todos modos seria infeliz por no ser como el.

O aquella señora que va al trabajo con su rostro a escala de grises por que su marido no la toma en cuenta, con la pena que la aqueja por que el marido hace meses que no le pega un polvo, la amargura y envidia que siente por la vecina que si tiene tiempo de preocuparse por su aspecto físico, la rabia que le produce ver cada mañana como el marido de la vecina se despide con un palmoteo en el paradito y durito culito de la vecina.

Nadie da algo sin recibir algo a cambio, la gente quiere a los otros esperando ser querida, un hombre quiere a una mujer esperando que esta lo quiera, así es como funciona, la felicidad no es gratis, inviertes sentimientos, tiempo, prioridades, negaciones y lágrimas, cientos de putas lágrimas.

Parece descabellado el hecho de llegar al punto de tener que llorar en el camino en busca de la felicidad... entonces puedo concluir que buscar la felicidad te hace infeliz, y que declararte un maldito infeliz te permite disfrutar de la felicidad momentánea que te dan los buenos momentos, que aun que breves, te distraen de lo cotidiano, de lo mortal, de la envidia que nos corroe en las mañanas.