
9/28/2008
Estallar

9/20/2008
Tal vez, solo tal vez.
¿Que podemos rescatar de esto?, ¿reflexiones?, ¿Qué cada vez somos mas resistentes a las migrañas?, todo es rescatable.
Tal vez, la Luna quiere al Sol solo por que este la ilumina, por que la aparta de la oscuridad, así como la reina necesita súbditos para poder ser reina. Que el amor no exista, y el siguiente paso del querer sea únicamente una obsesión compulsiva, adicto-dependiente.
9/13/2008
Es un puto dia.
9/09/2008
Café, aroma a mujer

Cada mañana fría y gris, Randy Lúdacta repite el ritual de lluvia tibia que relaja su cuerpo tenso y anudado, el frió acero limpia su rostro mientras intenta darle la forma deseada, y lo amargo de su boca le recuerda que debería dejar de fumar. Dos tazas de café y el primer cigarrillo son su primera compañía, el primer sentimiento de placer del día.
Como cada día Randy se esfuerza en desenmarañar sus ideas, sus anhelos y su deseo de terminar el día, de sentirse menos miserable que el día anterior. El llamado de su compañera Sirena Fractorcs inquieta su mente, revuelve sus ideas, lo sube en aquella montaña rusa que lo mantiene excitado o al borde del colapso, dependiendo de los giros de aquel juego.
Randy se sentó a la mesa haciendo un gesto con sus manos para indicarle a Sirena que se sentara junto a el, al ver que Sirena estaba tan fría sirvió dos tazas de café y partió un trozo de chocolate en partes iguales, fueron varios minutos en que Randy y Sirena solo observaban el vapor que bailaba sobre el café, sin sorber el brebaje, este de hacia más frío, al igual que ellos, que intentaban pasar ese frío invierno de la mejor manera posible.
- ¿Crees que deberíamos volver a subir la colina? – Preguntó Randy, - no lo se, fue tan difícil descender, no se si valga la pena volver a subir - respondió Sirena, - quítame el pelo de la cara – le pido Sirena, - no puedo, tengo los dedos congelados – respondió Randy, el siempre acostumbraba a observar detalladamente a Sirena, pero esta vez solo esquivaba la mirada entre su café y el de Sirena. Ella, que siempre daba pie para conversar sobre algún tema de interés, esta vez solo tarareaba la canción del recuerdo de turno, - los rayos de sol comenzaban a invadir la habitación, mientras, los perros en la callé ladraban armoniosamente, como si fuera una bienvenida al esquivo sol.
Sirena bebió el café frío de 3 sorbos – como en un gesto de retirada -- - tomaré otro café – dijo Sirena, - y luego puedes beber otro, o dejarlo enfriarse… no quiero que te vayas – dijo Randy, - ¿por qué lo dices?, aun no pienso irme – respondió Sirena con un tono suave, Sirena tomó las manos de Randy que continuaban frías, - ¿quieres tomar otro café conmigo? - preguntó Sirena, - ¿quieres quedarte aquí hasta el primer café de mañana?- preguntó Randy.
Los llamados de Sirena, suelen juntarlos una y otra vez, compartir el silencio y mentalizar el tarareo del recuerdo los acerca, los sentimientos miserables se diluyen y se ahogan en el fondo de la taza de café, el placentero chocolate endulza sus momentos, -- ¿aun quieres subir? - preguntó Sirena, - claro, podemos ir ahora – dijo Randy, - no, iremos mañana, ahora llévame a tu habitación he terminado mi café- concluyó Sirena.